Los hijos

¿Qué son los hijos para ustedes? ¿Qué significa un hijo/hija para ustedes?

En esta columna les hablaré de qué significan nuestros hijos para Dios, cómo los ve Él y cómo los verá. (Lean esta columna también quienes aún no tengan hijos). También hablaré acerca de los mitos que existen acerca de los hijos y no me refiero al mito de la cigüeña, sino a otros mucho más graves y terribles.

Comienzo con uno de los engaños más extendidos, atroces y tristes: el pensar de que los hijos son un “condoro” [en chileno, esa palabra significa error]. Talvez este es uno de los errores que más me duelen. Me duele no solo por la vulgar expresión para algo tan especial (la concepción), sino que me duele también porque contradice toda la Biblia.

La Biblia habla de que los hijos son bendiciones y prosperidad, pero el último tiempo el Mal se ha encargado de difundir lo contrario (y le ha ido bastante bien). ¿Ustedes intuyen el porqué? Yo sí. De esta forma, consigue lo que ha conseguido desde tiempos remotos: la matanza de niños. Cuando iba a nacer el líder que sacaría a Israel de la esclavitud, Faraón ordena que mataran a todos los niños varones. Gracias a Dios, las parteras se conmueven y no matan a Moisés. Su madre debe echarlo al río, en donde después lo encontraría la hija de Faraón. Cuando iba a nacer el Salvador de la humanidad, Herodes envía a matar a todos los niños que nacieran; pero Dios protege a su Hijo y no permite que Jesús fuera asesinado.

Así, el Enemigo, se ha encargado de que hasta la actualidad se realicen abortos voluntarios (e involuntarios como en China) y, totalmente legales, en la mayoría de los países.

Las personas no son creadas por Dios para ser asesinadas. Dios nos da vida, por eso el demonio lucha contra la Vida. Cada niño que nace es una creación de Dios. Cada niño que nace tiene un propósito para Dios, así como lo tuvo para con Moisés. Es Dios quien crea a nuestros hijos. No somos nosotros. Nosotros, en realidad, no damos vida. Nosotros somos instrumentos en las manos de Dios. Por esa razón la relación sexual no debe ser vista como un acto animal, sino como un acto de amor y, por tanto, sagrado.

Pero como dice la canción “Cuando Agosto era 21”, esto no lo enseñan ni los religiosos (para quienes es pecado), ni los abogados (para quienes todo se reduce a porcentajes) ni los científicos (para quienes todo se reduce a la inconciencia de la juventud actual). Por esta razón, yo recomiendo que volvamos a la Palabra de Dios. En ella encontramos la verdad. En ella encontramos el refugio que no nos dan las instituciones ni nuestras autoridades ni —muchas veces— nuestros seres queridos.

Les dejo aquí unos versículos hermosos que nos hablan de los hijos y una canción de Fernando Ubiergo (cantautor chileno). 

Salmos 127, 3

Los hijos que nos nacen
son ricas bendiciones del Señor.
Los hijos que nos nacen en la juventud
son como flechas en manos de un guerrero.
¡Feliz el hombre que tiene muchas flechas como ésas!
No será avergonzado por sus enemigos
cuando se defienda de ellos ante los jueces.

Salmo 139, 13-16

Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
 ¡Tus obras son maravillosas,
 y esto lo sé muy bien!
Mis huesos no te fueron desconocidos
cuando en lo más recóndito era yo formado,
cuando en lo más profundo de la tierra
era yo entretejido.
Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:
todo estaba ya escrito en tu libro;
todos mis días se estaban diseñando,
aunque no existía uno solo de ellos.

5 thoughts on “Los hijos

    • Estoy de acuerdo con tu comentario, aunque me gustaría acotar algo: casi toda la gente se centra en la responsabilidad parental y no en la alegría parental. No hablo de que hay que ser irresponsables, pero en la sociedad noto una especie de obsesión con la responsabilidad. Este enfoque, como sociedad, no implica necesariamente que la gente sea más responsable. Yo, precisamente, he visto lo contrario.

      Talvez si esta vez le diéramos el enfoque bíblico: alegría, bendición… La responsabilidad vendría por añadidura.

      Y otra cosa. Dentro de la responsabilidad que menciona la sociedad, nunca se mencionan las bíblicas: enseñar a los hijos en la Ley de Dios. Se mencionan mil cosas, pero nunca he escuchado que hablen de la ley divina.

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